Toda persona que va logrando sus objetivos en la vida tiene un ego saludable. Sin embargo, conforme uno cosecha más éxitos, el ego puede salir de control y ser nocivo para su negocio. Es común que cuando se le pregunta a qué te dedicas comience una perorata respecto a su negocio, las condiciones del mercado, y por lo general, ignorando por completo el problema que soluciona a sus clientes.
No olvidemos que nuestra empresa nace para solucionar las necesidades y deseos de los clientes para lo cual hemos desarrollado un producto o servicio que resuelve dichas necesidades y lleva al cliente a un estado de satisfacción. Si quieres seguir siendo exitoso, no asumas que lo que funcionó ayer, servirá para hoy. El mercado cambia contantemente. Debes ser empático con tu cliente. Pregúntale cómo puedes ayudarlo a tener más éxito, busca constantemente formas de atenderlo mejor, averigua que está haciendo la competencia bajo la óptica de tu cliente, y sobre todo cómo puedes darle más valor.
Cuando te pregunten por tus actividades, empieza explicando el problema de tu cliente y cómo lo solucionas. Dicen que tu negocio empieza a crecer cuando empiezas a soñar con los problemas de tu cliente.